Diego Gil , arriba primero por la izquierda. |
Hoy recordamos, a un jugador que por su edad, participó pocas temporadas, pero el tiempo que lo hizo dejó su sello y unos recuerdos imborrables.
Nos referimos a Diego Gil Fernández, un porterazo . Diego pertenece a una generación cuando se jugaba al fútbol donde buenamente se podía. Donde se invitaba a equipos de fuera, en general de La Línea, se celebraba el encuentro, cualquiera que tuviese algunas nociones de reglamento ejercía como árbitro y hasta la próxima.
En la temporada 74/75, como hemos repetido miles de veces nuestro equipo comienza a participar en las competiciones oficiales y Diego es nuestro primer guardameta.
Su físico le acompañaba, alto, ágil, con unos portentosos reflejos, además avanzado al fútbol de aquella época, donde se pensaba que el portero debía tener los defensas muy cerca, él acertadamente opinaba lo contrario, todo su afán era que mientras su equipo atacaba los defensa debían adelantarse todo lo que prudentemente pudieran. No se cansaba de gritar "Fulano, Mengano, Fuera".
Antes de fichar por la U.D.Tesorillo, perteneció a la U.D. Esteponera, un equipo que durante muchas temporadas fue un gallito de la regional malagueña y segundo equipo de Estepona, desapareciendo hace pocas temporadas. Curiosamente y por razones de trabajo a esa localidad costera se trasladó y allí reside en la actualidad.
Como mencionábamos antes, en su corto periodo nos regaló grandes actuaciones, pero puede que la más destacada que recuerda nuestro informante, fuese un encuentro frente al Juventud de Los Barrios en el antiguo campo de la Cigüeña, sencillamente insuperable. Pongámonos en situación, año 1975, los medios de comunicación hacían poco caso al fútbol modesto, pues hasta la prensa comarcal se hizo eco de aquella grandiosa actuación de Diego, dejando palpable que era jugador de superior categoría
Algo que le honra y mucho, demostrando el amor por los colores del Tesorillo, fue cuando 1978 tuvimos que emigrar a Jimena durante dos temporadas, en más de una ocasión se puso bajo los palos, cuando hizo falta, estando prácticamente retirado aunque el Club le hubiese cursado la ficha. Diego ya estaba casado y con hijos en el mundo.
Diego Gil como guarda-meta pudo militar en categorías superiores, tanto que estuvo en la órbita Del Real Betis Balompié, pero su destino era otro bien distinto.
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