Salvador arriba primero por la derecha |
En nuestra galería particular de futbolistas inolvidables, nos ocupamos hoy de Salvador Encina Pineda, un hombre que supera los 70 y que perteneció a esa generación de jugadores, donde lo único que les bastaba pare celebrar un encuentro de fútbol, era un terreno que tuviese mas o menos las dimensiones de un campo de fútbol, un balón por supuesto y seis palos para conformar las porterías.
No importaba el estado del terreno si había hoyos, desniveles o sacabones.
Salvador es un Tesorillero que siempre residió en El Secadero, enamorado y lo ha demostrado a lo largo de los años de la Unión Deportiva Tesorillo. Aunque ya veterano formó parte de la primera plantilla cuando el equipo comenzara su andadura en competiciones oficiales allá por el año 1974.
Siempre estaba disponible para cuando hiciese falta, que había suficiente jugadores, ni se vestía o al banquillo y de titular muchas veces. Ojo que fue un jugador con cualidades sobradas para ser titular y lo fue muchos encuentros, pero no se le caían los anillos cuando tenía que asumir otra función.
Ha sido directivo, entrenador del equipo juvenil, es socio y fiel seguidor, no falta un encuentro tanto él como su señora. Padre de Salvador Encina Trujillo, que también fuese guardameta del primer equipo.
Les contamos una anécdota que viene a corroborar todo lo que hemos dicho sobre Salvador. En la temporada 75/76, cuando el campo estaba en Las Vegas, un jugador de fuera sin ficha con el Tesorillo fue alineado con la licencia de Salvador.
El equipo contrario se dio cuenta y espectadores locales avisaron de una posible reclamación por alineación indebida . Este jugador a un cuarto hora para el final fue cambiado y se marchó , saltando por la ventana del vestuario. Salvador que estaba entre el público, se metió en el vestuario y se mojó la cabeza, como si estuviese recién duchado. Cuando el colegiado llamó al jugador para identificarlo y comprobar la supuesta alineación indebida, quien se presentó fue el titular de la licencia, que no era otro que Salvador. El equipo contrario montó en cólera, pero el truco no fue descubierto gracias a la predisposición de nuestro personaje
Salvador arriba primero por la izquierda, jugando un partido de portero ante la falta de ese puesto. |
El equipo contrario se dio cuenta y espectadores locales avisaron de una posible reclamación por alineación indebida . Este jugador a un cuarto hora para el final fue cambiado y se marchó , saltando por la ventana del vestuario. Salvador que estaba entre el público, se metió en el vestuario y se mojó la cabeza, como si estuviese recién duchado. Cuando el colegiado llamó al jugador para identificarlo y comprobar la supuesta alineación indebida, quien se presentó fue el titular de la licencia, que no era otro que Salvador. El equipo contrario montó en cólera, pero el truco no fue descubierto gracias a la predisposición de nuestro personaje
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